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domingo, 1 de julio de 2012

Diálogo

            El choque entre dos representantes de dos ideologías puede ser lo más bonito en el mundo.. o lo más violento. Aquí es muy importante el papel del susodicho "representante", puesto que si carece de ciertas características o conocimientos, es fácil que una conversación se torne violenta y desagradable.

            Cabe destacar que ambos deben ser personas humildes y dispuestas a dejarse impresionar e informar por el otro. Si la intención es la de "descartar" al otro, la conversación no tendría sentido puesto que se basaría en continuos ataques entre los representantes.  

            En última instancia, el diálogo va a ser un intercambio de "de donde ha sacado cada uno su ideología", es decir, se debe argumentar con una bibliografía fiable. Nunca uno debe apoyarse en lo que piensa la mayoría, ni en sus propios intereses. Hay cosas que nos superan, y que deben ser aceptadas ya que sino estaríamos siendo injustos con nosotros mismos. 

            Un aspecto que podría contaminar el diálogo es la cultura. Teóricamente, dos personas que siguen una misma ideología deben cumplir los mismos preceptos básicos, vivan donde vivan. Por tanto, se debe hacer una clara distinción entre ideología y cultura. Esto significa que probablemente ambas no sean compatibles y que, por consiguiente, haya que valorar y escoger de forma racional los preceptos a seguir. 

            Es triste que, sin darse cuenta, una persona sea injusta con otra por falta de humildad y conocimientos, y un exagerado convencimiento de que se está actuando bien.

            El diálogo es una puerta. Tenemos la llave para abrirla o, por el contrario, cerrarla y encerrarnos.



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