Páginas

viernes, 4 de octubre de 2013

La unión hace la fuerza

                Debido a recientes publicaciones en las cuáles se ataca y difama sobre poblaciones enteras a causa de una minoría numéricamente irrelevante me veo en la obligación de expresarme, tratando de ser lo más objetivo posible. Últimamente he pensado mucho en lo fragmentada que está la sociedad, y lo perjudicial que está siendo para el conjunto entero. Buscar a los culpables de esto me parece inútil, mientras que ver lo que pasa a las víctimas (todos nosotros) me parece mucho más interesante e importante. ¿Víctimas de qué? De una asfixia que empeora con el tiempo causada por muros cada vez más altos, muros hechos con prejuicios e ignorancia, muros que nos aíslan de la verdad sobre los demás y, en última instancia, de ser felices en nuestro día a día.

                Vayamos al grano: los “fulanitos” son malvados, los “menganitos” son unos antipáticos, y los de la comunidad de al lado son unos tacaños y unos ratas. ¿Mi respuesta?: Mentira. Malvados, antipáticos, tacaños y ratas hay en todas partes, y son gente de todos los colores que uno se pueda imaginar, provenientes desde la ciudad más famosa del mundo hasta el rincón más recóndito de este planeta, de cualquier religión  e ideología. Así que, ¿por qué no nos dejamos de tonterías y empezamos a ver las cosas como son?

                Desde mi corta experiencia en esta vida puedo decir lo siguiente: la universidad es una pequeña muestra – más o menos representativa – de lo que hay ahí fuera en el mundo, y he tenido la suerte de conocer a gente de muchas partes del país. Gallegos, catalanes, vascos, pamplonicas, riojanos, madrileños, maños, mallorquines, valencianos, extranjeros, ¿y saben qué? La bondad y educación de cada uno de ellos me demostraron que “lo que se cuenta por ahí” no son más que patrañas. Gente buena hay en todos lados, ¿y gente mala? También. Soy musulmán y estoy saturado de comentarios sin fundamento que nacen de los medios de comunicación; ni la zona donde has nacido, ni tu color, ni tu religión van a hacer de ti irremediablemente un tipo de persona u otra desde el momento en que naces.

               Escribo esto porque si no estaría cometiendo una injusticia con toda esta buena gente que escucha difamaciones sobre ella y aun así traga y traga. “Para que triunfe el mal solo hace falta que las buenas personas no hagan nada”. Yo os pido: protestad, escribid, que os oigan, que nos escuchen. Los periódicos y las televisiones no se cortan un pelo en publicar basuras que infectan nuestras mentes, el remedio está en nuestras manos y nuestras voces.

                La unión hace la fuerza. Somos gente de bien y de paz, y tenemos superioridad numérica y moral respecto de aquellos que pierden su tiempo en hacer de este mundo – y en concreto este país – un lugar peor. A los medios de comunicación: ya basta de publicar noticias que no valen nada y de alimentar prejuicios sin fundamento. Si vendéis vuestros periódicos a un euro a cambio de ofrecernos artículos de ínfima calidad entonces mejor no ofrezcáis nada.

                Las personas buenas y valientes siempre acaban triunfando, precisamente porque lo son.

2 comentarios:

  1. Totalmente de acuerdo. Hemos de buscar más lo que une que aquello (pequeño) que nos pueda separar

    ResponderEliminar
  2. ¿Que piensas de la educación que recibimos?

    ResponderEliminar